Llegando al destino
Tengo la mala fama de hacer siempre
lo que he querido,
Simplemente una malcriada que
ignora las consecuencias y el peligro al que expone su alma,
No he necesitado la buena suerte
porque hay unos cuantos seres que me tienen en sus plegarias
diarias ofrecidas al altísimo.
Pero llegó la hora de despertar de
ese iluso y banal sueño de rebeldía en el que he perecido,
Crecer y afrontar la realidad,
llenando mi corazón de amor, lanzando el egoísmo atado a una
Agradecer cada mañana al creador de
todo porque me haya permitido llegar a donde esté.
Amar todo lo que me rodea, dejando
de lado los reproches y el tormento.
¡Y finalmente llegar a ese destino
en donde solamente se da lo bueno que hay en el ser!
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