El Kakuy ¿Un ave o un fantasma?

Pues se dice
que en una época muy remota una pareja de hermanos huérfanos habitaban en un rancho
en el monte Santiagueño. Ambos jóvenes eran muy distintos el uno del otro;
Turay el hermano, era un muchacho noble
y Kakuy la hermana, bastante cruel. Turay se desvivía para que nada le faltase
a Kakuy.
Día a día el
joven se aventuraba en el monte para ir en busca de los alimentos, recolectaba algarrobas,
tunas, las mejores mieles y se enfrentaba a tigres y otras bestias, todo esto
lo hacía con mucha dedicación para mantener muy contenta a su hermana, pues Turay
quería demasiado a Kakuy.
Al regresar
a casa Turay volvía cansado y muchas veces herido, lo único que él deseaba era
un plato de comida y un poco de agua para poder reponerse, pero al llegar Kakuy
lo trataba de manera indiferente. La joven le hacía tantos desplantes, hasta que
un día Kakuy después de servir un vaso de agua para Turay lo tiro al piso, al
día siguiente hizo lo mismo con la comida, esto enfureció tanto al joven que decidió vengarse de su hermana.
Turay convenció
a
Kakuy de que lo acompañara al monte para buscar miel, Turay conocía a la perfección
el lugar, llevó a su hermana a lo más profundo del monte y ambos subieron a un
árbol muy alto. Con una sábana Turay cubrió a Kakuy con la excusa de protegerla
de las abejas; luego el muchacho comenzó
a descender del árbol cortando todas las ramas y caminó hasta desaparecerse entre
la maleza.
Con el pasar
del tiempo Kakuy se dio cuenta de que su hermano la había dejado abandonada, en
ese momento Kakuy se arrepintió de haber maltratado tanto a Turay. En su
desesperación la joven gritaba para que su hermano regresara por ella.
Al anochecer
Kakuy quedó muda de tanto gritar, y sus pies aferrados al árbol se convirtieron
en garras, poco a poco su rostro se transformó en el de un búho y sus brazos
empezaron a emplumecerse. Finalmente la joven se había convertido en un ave
nocturna, esa ave es el Kakuy y todas las noches en el monte canta: ¡Kakuy! ¡Turay!
El estremecedor sonido no es nada más que el llamado de un alma arrepentida.
Quizá esta leyenda, que más allá de ser tomada como algo cultural o folclórico ha servido para alimentar la ignorancia de muchas personas que al encontrarse con este animal inmediatamente lo rechazan y buscan hacerle daño.

El simple
hecho de que la apariencia de un animal no vaya con tus estereotipos de belleza
no quiere decir que sean peligrosos o que debas dañarlos, pues existen animales
como el pulpo de anillos azules que a pesar de su belleza son extremadamente
venenosos, pero tampoco es motivo para hacerles daño; todos los seres vivos
tenemos una función dentro de los ecosistemas y si uno falta se crea un
desequilibrio que nos pone en riesgo a todos.
En este link
pueden encontrar el fascinante y a la vez espeluznante canto del Kakuy:
http://florayfaunasde.com.ar/wp-content/uploads/2009/01/Nyctibius_griseus-KAKUY.mp3
Imágenes
tomadas de:
https://www.google.com/search?biw=1304&bih=653&tbm=isch&sa=1&ei=cch8W-vXBtGK5wLfgI6oDQ&q=el+kakuy&oq=el+kakuy&gs_l=img.3..35i39k1l2j0l3j0i30k1l2j0i8i30k1j0i24k1l2.313299.315679.0.316060.8.8.0.0.0.0.149.1023.0j8.8.0....0...1c.1.64.img..0.8.1016...0i67k1j0i10k1.0.RHOGMyW-zuY#imgrc=dCQGKmTKZG1zqM:
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